Volver a recorrer la tinta como un espejismo ausente en la memoria. Detuve el alma para re-escribir sin papel y vivir sin evidencias, volar sin alas y encontrarme en la epifania de las palabras.
Ahora el equinoccio es Solsticio y el laberinto de lo innombrable, vuelve a ser nominal, a tomar aire, en medio de un nuevo y armonico silencio.